La iglesia de Saint Bartholomew ha sido el lugar escogido por el irreverente Alexander Wang para presentar su colección Otoño-Invierno 2016/2017. Estrategia para llamar la atención de los medios o no, ¿quién si no él podría presentar unos diseños de corte grunge en un lugar como ese? Parece que tras su marcha de Balenciaga, Alexander Wang ha recuperado el espíritu sporty y gamberro que le llevó a lo más alto hace ya algunos años. Cosa que ciertamente, se agradece.
Palabras como “strict”, “faded”, “tender” o “girls” han copado gran parte de los diseños del modisto neoyorkino en un guiño a su colección Primavera-Verano 2014. No obstante, la presente ha adoptado un estilo más trash, apostando fuertemente por el cuero, la pareja de colores negro y blanco y las tachuelas.
Su carácter más deportivo ha despuntado en los jerséis holgados, las cazadoras vaqueras con forro de borrego y las botas con doble suela que bien podrían asemejarse a los creepers que triunfaron en Londres en las décadas de los 50 y 60.
Sin embargo, esta loa a los 90 aporta poca novedad sobre lo ya visto de Alexander Wang, aunque no cabe duda que sus prendas se convertirán en unas de las más deseadas del próximo invierno.
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